El peronismo realizará un congreso este sábado
en medio de una fuente interna y la necesidad de lograr acuerdos antes
del 9 de julio, cuando vence el plazo para la constitución de alianzas
electorales. “Vamos a cerrar sin armonía y va ser un matrimonio por
conveniencia”, le dijo a la agencia Noticias Argentinas un intendente aliado a Axel
Kicillof sobre las negociaciones que se están llevando a cabo con el fin
de armar una estrategia para las elecciones legislativas del 7 de
septiembre. Desde el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) señalan que el
encuentro del pasado domingo 29 de junio entre el gobernador de Buenos
Aires, Sergio Massa, jefe del Frente Renovador, y Máximo Kirchner,
referente de La Cámpora, no terminó bien: “La reunión fue mala. La
confianza se dañó y no encontramos un punto de equilibrio. Cada vez
estamos más lejos”. El mayor problema que enfrentan para llegar a un
acuerdo es que el kirchnerismo sigue enojado con Kicillof por haber
desdoblado las elecciones legislativas. “Ese punto siempre termina
trabando las negociaciones”, reconocieron a Noticias Argentinas personas
que tuvieron acceso a lo ocurrido durante el mitin realizado en la
gobernación. La necesidad de armar un frente justicialista unido para
enfrentar a La Libertad Avanza y al PRO en la provincia de Buenos Aires
tiene un problema adicional: determinar quiénes irán como cabezas de
lista. Desde las filas de Kicillof sugieren como candidatos para la
Primera Sección al ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel
Katopodis, y al intendente de Pilar, Federico Achával; y en la Tercera
Sección quieren a la vicegobernadora Verónica Magario, pero allí el
kirchnerismo intenta imponer a Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y
dirigente de La Cámpora. Mientras tanto, los sectores en pugna arman sus
estrategias ante un posible cambio de escenario: desde las filas de
Kicillof anunciaron que llegarán al cierre de listas el 9 de julio con
una “segunda escudería” como medida de protección en caso que La Cámpora
o el Frente Renovador rompan el acuerdo previo, por lo que gana cada
vez más fuerza la idea de establecer “apoderados cruzados” entre los
diferentes espacios que permitan imponer controles más estrictos para
impedir “picardías” de último minuto.
En ese contexto, el congreso
partidario del sábado sería, potencialmente, un gesto teatral destinado a
presentar ante los votantes bonaerenses un frente unido mientras,
puertas adentro, las discusiones y rencores acumulados siguen aumentando
la grieta entre los espacios políticos que lideran Kicillof, Massa y
Maximo.
HM/ML