La "pax cambiaria" y la destrucción de la base material de la Nación
La "pax cambiaria" y la destrucción de la base material de la Nación
Lic. Guillermo Moreno*Lic. Norberto Itzcovich*Dr. Claudio Comari*
Las clásicas tensiones entre los hacedores de la política económica (ministerio de economía vs. bancos centrales) son habituales en cualquier país del mundo, y por supuesto lo han sido en el nuestro.
De acuerdo con el énfasis político de la fuerza gobernante, dicha disputa se resuelve mediante un acuerdo de convivencia o con la primacía de uno u otro actor. En este último caso, el contendiente que logre predominar intentará alterar a su favor los grados de libertad de la autoridad monetaria y la direccionalidad de la política que deberá implementar.
Sin embargo, este gobierno agrega otro pergamino al amplio stock de desaguisados que atesora, y cumpliendo una vez más su premisa de transformar lo que está mal en algo aún peor, ha inaugurado una nueva etapa: el Banco Central de la República Argentina ( BCRA) autista.
La megalomanía del COPOM
En el comunicado del Comité de Política 
Monetaria (COPOM)1 del BCRA, emitido el pasado 5 de diciembre, las 
autoridades de la entidad informan su decisión de mantener tanto el 
régimen de expansión de la base monetaria, como la determinación de la 
tasa de interés. Con ello reafirman una inconsistencia implícita de su 
diseño regulatorio, dado el marco teórico al que adscriben, 
estableciendo al mismo tiempo la "cantidad" de dinero y su precio.
En
 ese contexto, estiman una expectativa inflacionaria del 26,8% (2% 
mensual acumulado en los próximos 12 meses), en tanto la tasa nominal 
anual (TNA) se mantiene en el entorno del 60% en el trimestre. Ello 
implica obligar a la economía a trabajar con un piso de interés real de 
33,2%, aún superior al que había cuando la TNA rondaba el 70% y el nivel
 inflacionario minorista se acercaba al 50%.
En el plano de los 
mayoristas, que registraron una variación interanual de precios del 
76,6%, pareciera que la situación reviste menos dramatismo, dado que la 
tasa de interés real sería sensiblemente más baja que del segmento de 
ventas al por menor.
Ahora bien, esta diferencia entre los precios 
mayoristas y minoristas es la expresión contundente de la pérdida de 
rentabilidad que está sufriendo este último sector, impedido (ante la 
muy notable retracción de la demanda) de trasladar los aumentos de 
precios a los consumidores.
Dicha situación impacta en la acumulación
 de stocks en la cadena comercial y, a posteriori, en el descenso de la 
producción del circuito fabril. Este escenario, que se verifica en todos
 los eslabones, al alejarse notablemente del punto óptimo de 
funcionamiento, trae, ineludiblemente, consecuencias sobre el 
cumplimiento de las obligaciones crediticias e impositivas.
Hace 
meses que desde estas mismas líneas venimos advirtiendo sobre el peligro
 que implica, para el conjunto de las empresas del sector real de la 
economía (al margen de su tamaño), la política monetaria implementada 
por BCRA.
Pero, con las modificaciones regulatorias previas, a lo que
 se suma este último comunicado, esas dificultades se extienden al 
sector que el BCRA "debería cuidar" con mayor énfasis, poniendo en 
peligro la salud del Sistema Financiero Ampliado -SFA- (que incluye a 
las entidades financieras, las compañías de seguros y las 
administradoras de riesgo de trabajo, entre otras).
La paz de los cementerios
Como
 afirmábamos en "Subir la tasa de interés: un remedio peor que la 
enfermedad" (BAE Negocios, 23-7-18): " fiel a su impronta de la 
improvisación como "modus operandi", y con su característica incapacidad
 de caminar mientras masca chicle, el gobierno ha concentrado todos sus 
esfuerzos en la contención de la tendencia ascendente del tipo de 
cambio, elevando la tasa de interés, y en consecuencia el costo del 
crédito, a niveles inauditos".
El brutal impacto de esta política 
insensata se verifica tanto en la economía real2, como en el sector 
financiero, a la vez que repercute de manera negativa en la situación 
fiscal.
Respecto de la primera, la evolución del indicador oficial 
Estimador Mensual de Actividad Económica ( EMAE), mostró en setiembre 
una caída de 5,8% respecto de igual mes del año anterior, acumulando, en
 todo el período de Cambiemos una disminución de 0,37% en relación con 
el promedio del año 2015.
Similar performance evidenció la industria 
manufacturera, con una caída de 4,3% respecto del nivel que esa 
actividad mostró en aquel año.
Adicionalmente, uno de los sectores 
que el oficialismo estimuló durante el 2017, previamente a las 
elecciones de medio término, fue el de la construcción, tratando de 
incentivar la obra pública.
Sin embargo, la imposibilidad de 
continuar con ese esquema durante el presente año, llevó a que la 
producción de asfalto, entre los meses de octubre de 2017 y de 2018, se 
redujera casi a la mitad (-48%).
Lo propio sucedió en la producción 
de hierro redondo y aceros, cemento portland y cales, con caídas de 
7,9%; 9,6% y 13%, respectivamente.
Va de suyo que el estrepitoso 
"parate" en la actividad productiva impacta a pleno en la tasa de 
desempleo, que casi se duplicó en estos tres años de gestión de la 
alianza Cambiemos.
En este contexto, a pocos días de finalizar el año
 cobra vigencia nuestra observación del 6 de agosto pasado (BAE 
Negocios, "Panes y peces") donde sosteníamos que "el stock de bienes y 
servicios de la economía por cada habitante se encontrará a fines de 
2018 en su peor nivel en los últimos ocho años. Así, la población 
dispondrá, en promedio, de un 8% menos de bienes y servicios que en el 
2010".
En relación con el Sector Financiero Ampliado, las decisiones 
del BCRA afectan a las instituciones bancarias que lo componen, de 
acuerdo con el grado de penetración crediticia que hubieren alcanzado. 
Esto significa que cuanto más crédito hayan otorgado al resto de las 
empresas, mayor es el riesgo de incobrabilidad para la entidad 
prestamista.
En tanto, el resto del SFA (principalmente ART y 
compañías de seguros) queda expuesto al creciente riesgo de 
incobrabilidad de los papeles de deuda, que integran su cartera de 
inversión.
Por último, en lo referente al panorama fiscal, cabe 
consignar que las mayores tasas de interés que debe pagar el BCRA por 
sus pasivos remunerados espiralizan el rojo cuasifiscal.
Además, aun 
cuando se cumplieran las reducciones previstas en el gasto público, ni 
siquiera resultará posible alcanzar el resultado operativo esperado, 
dado que, como también habíamos advertido desde estas páginas, la 
velocidad de caída de la recaudación impositiva supera a la del recorte 
planeado. Muestra de ello es la caída interanual que exhiben los 
ingresos tributarios de noviembre, correspondientes a la actividad de 
octubre, medidos en términos reales, al margen del deflactor que se 
utilice.
De esta manera, el Déficit Fiscal Total (DFT) conformado por
 el de la nación (incluido el cuasi fiscal del BCRA) las provincias y 
los municipios, se encuentra en niveles récord, en el entorno de 13% del
 PIB, con tendencia creciente.
Volver a la cultura de la producción y el trabajo
El
 autismo del BCRA, centrado en sus propios objetivos, acarrea severas 
consecuencias, no sólo respecto de la economía real, sino también en 
relación al SFA.
El costo de la "pax cambiaria"3 de las pasadas 
semanas es la destrucción, con prisa y sin pausa, de la base material de
 la Nación y su trabajo incorporado.
Sólo el encuentro armonioso 
entre la política y la economía permitirá el tránsito adecuado desde 
este presente oprobioso, hacia un futuro venturoso.
Constituir una 
alternativa institucional que tenga la capacidad de ofrecer el Plan 
Económico de Contingencia (PEC) que la realidad reclama, como afirmamos 
en "Ay Patria mía" (BAE Negocios, 7-5-18), permitirá dar vuelta la 
página.
De esa forma, quedarán sentadas las bases para la posterior 
implementación del Modelo de Desarrollo Económico Permanente y 
Sustentable (MODEPyS) que, con el protagonismo de la dirigencia 
sindical, empresarial y social, permita consolidar, robustecer y 
expandir el aparato productivo nacional, y así alcanzar la grandeza de 
la Patria que nuestro pueblo merece.
*MM y Asociados
1 El 
pasado 7 de agosto de 2018, el Directorio del BCRA creó el Comité de 
Política Monetaria (COPOM) conformado por el presidente, el 
vicepresidente, un director designado por el Directorio a tales efectos y
 el subgerente general de investigaciones económicas. Este comité tiene 
carácter resolutivo por votación de sus miembros. Su función primordial 
es la de determinar la tasa de referencia, las tasas de operaciones de 
pase y de los instrumentos emitidos por el BCRA, así como también los 
plazos y demás condiciones a observar para ejecutar la política 
monetaria.
2 Cuando el oficialismo decide espiralizar las tasas de 
interés, la idea fuerza que subyace es que ello resulta, para la 
actividad económica, menos dañino que un tipo de cambio al alza. De esa 
manera, soslaya que en una economía bimonetaria como la nuestra, las 
empresas, en general, encuentran los mecanismos para continuar operando 
en contextos devaluatorios.
3 Si para contener una corrida cambiaria 
sólo fuera necesaria una suba de la tasa de interés, y ello no acarreara
 dramáticas consecuencias, hasta el equipo económico del gobierno de R. 
Alfonsín lo hubiera llevado








